Fiat Uno: Cuerpo Doble

El mediático rojo Alpine perlado se combinó con un novedoso gris marmolado de House of Kolor para obtener un resultado envidiable: 50% Street y 50% Custom.

Sobre el final de la década del ‘90 los Diesel estaban en pleno auge. Claro, gastaban una miseria y con el "uno a uno" el tanque se llenaba con la pelusa del bolsillo. Y este Uno 1.7 D era uno de los más buscados, no sólo por su mezquino consumo sino también por su facha. Sin embargo, cuando Elio lo compró lo hizo priorizando la primera opción, porque bastantes años después supo que la imagen de su Uno podía recibir múltiples mejoras y arrancar suspiros a granel. "Siempre anduve arriba de dos ruedas, hasta que me compré un Spazio al que no le hice ninguna modificación. Tampoco al Uno cuando lo saqué 0 km en el ‘99, pero luego, cuando conocí el mundo del tuning, todo cambió". Siempre le habían llamado la atención los autos modificados, hasta que un día decidió entrar a la movida por medio de un amigo, para después incursionar solito en el desarrollo de esta preparación que te mostramos en estas páginas. "Nunca imaginé poder concretarlo y dejarlo tal cual lo veo hoy", sostiene un Elio un tanto vanidoso.

Una de las cosas que más nos llamaron la atención no fue la mutación de la carrocería, que se adquirió tras largas horas de creación. Tampoco la extensa lista de componentes de audio que lleva a cuestas. "Lo que más se destaca es la pintura. Mucha gente en las expos queda asombrada por el trabajo que se hizo. Incluso a veces me preguntan con qué está pintado y cómo se llama el color". Matizado bajo la lupa de Lucas González en el taller Paint Tuning, el rojo original de fábrica fue reemplazado por dos tonalidades muy diferentes, quizás una muy diferente a todo lo visto. De la mitad para abajo se utilizó un rojo Alpine intenso de efecto perlado con el objetivo de resaltar los bajos modificados, tales como paragolpes en fibra de vidrio y grandes entradas de aire, faldones y guardabarros ensanchados en un fino trabajo en chapa. De allí para arriba es otro el cantar. Un gris marmolado de House of Kolor le imprime un grado de seducción y estilo que va más allá de una simple y agradable personalización. Una combinación explosiva que dice "mirame, acá estoy".

Muy detallista el joven Elio (sí, che, con 35 años todavía se lo puede llamar joven), decidió alisar gran parte de la carrocería para dejar de lado las manijas y cambiar de lugar la tapa de combustible. También se colocó un alerón unificado al portón, una doble toma de aire en capot al estilo F50, suspensión de competición, ópticas estilo Altezza y, según el dueño, "se le agregó una generosa cola de escape para que atraiga todas las miradas". Esta fue la única parte del motor modificada.


Estamos en condiciones de decir que se puso el mismo énfasis en los detalles interiores como exteriores. Cronológicamente, en el interior se modificó la gráfica del tablero, se alisó el torpedo y toda la plancha fue beneficiada con el mismo gris marmolado externo. Lo mismo para las contrapuertas, que fueron realizadas en fibra de vidrio. Butacas, relojes en parantes y alfombras de aluminio se suman al juego de neones y flashes que resaltan la facha interna del Uno.

Para el equipo de audio y multimedia no hace falta hacer ninguna introducción. En el cajón bien diseñado que ocupa la medida original del baúl lleva dos 6x9'' y un par de woofers JBL de 1.000 watts, un capacitor de dos faradios Boss, y completan un par de tweeters y drivers Selenium. Además, en el asiento trasero lleva una potencia de 1.000 watts para mover las frecuencias altas, y otra de 2.000 para las bajas. ¿Adelante? Un parlante de medios y tweeters JBL en cada puerta y, obviamente, la unidad principal Pioneer situada en la consola central. En lo que respecta a la parte de multimedia, su dueño cuenta: "Tiene un reproductor de DVD Boss, una pantalla alojada en cada contrapuerta también Boss y otra en el torpedo de la firma Nessa". Muy completo.